Todos experimentamos (o hemos experimentado) esos momentos en los que la vida simplemente te mola. Todo fluye, todo lo que haces funciona y todo el mundo te mira con una especie de reverencia. Tu geometría parece infinita. Y luego están las veces en que te cuesta levantarte de la cama, te da escalofríos pensar en todo el día y no quieres hablar ni ver a nadie. Tu geometría se siente diminuta. Fascinante, ¿verdad? ¿Qué crea esta diferencia en la percepción de nuestro ser infinito? ¿Qué define nuestra presencia geométrica en el mundo físico?

Somos fractales multidimensionales que conectan con la Fuente, un fractal infinito universal de luz. Los fractales son patrones infinitos y cada parte consiste en patrones infinitos dentro de sí misma. Todas las cosas de este universo siguen el mismo plano universal de patrones geométricos. En otras palabras, tú eres infinito y tu presencia física aquí sigue tu modelo universal personal.

Nuestro campo evoluciona constantemente, se expande, se contrae contigo y con lo que sientes. A través de todo tipo de acontecimientos y frecuencias podemos llegar a ser menos conscientes de nuestra conexión con el universo, y la conexión se siente cerrada. Y cuando no puedes sentirla contigo mismo, no puedes sentirla con los demás.

Este Signo Sagrado te ayudará a ser consciente de tus conexiones. Siente y observa todo sin juzgar. Compadécete de tu encantadora presencia humana lidiando con todas sus emociones. Y cuando te centres en tus conexiones contigo mismo, con la Fuente y con los demás, la conexión se fortalecerá.